La leyenda de la Bruja Zarate (Costa Rica)
La Bruja Zarate
La bruja Zárate, también conocida como Doña Zárate, Ña Zárate, la Vieja Zárate o Mamá Zarate, es un personaje legendario del folclor costarricense, íntimamente relacionado con las tradiciones de los cantones de Aserrí y Escazú. Se trata de una mujer, en la mayoría de los casos de etnia aborigen, la cual posee grandes poderes mágicos - es descrita como bruja o curandera - y que tiene sus dominios en dos «encantos» ubicados en las piedras de Aserrí y San Miguel de Escazú. Es la más conocida y poderosa de las brujas de las leyendas costarricenses. Según algunos autores, el personaje está basado en una mujer real que vivió en el cantón de Aserrí entre 1823 y 1893.
En la mayoría de las leyendas alrededor de este personaje, se le presenta como una mujer bondadosa pero muy poderosa, que igual podía ayudar a una persona pobre regalando vegetales que luego por arte de magia se transformaban en oro, como podía lanzar conjuros y maleficios a los que la trataban injustamente, convirtiéndose en un personaje amado y temido a la vez.
Historias
Existen muchas historias acerca de la bruja Zárate, pero la más famosa de todas es aquella que narra su enamoramiento con un conquistador español al cual transformó en un pavo real luego de que este la rechazara
Para la bruja Zarate hay diversas leyendas las cuales se las mencionaré acontinuación
Las leyendas acerca de la bruja Zárate datan, en su mayoría, de la época de la colonia española en Costa Rica, y han sido transmitidas de forma oral. No obstante, la primera versión escrita de esta leyenda fue recopilada por R. Quirós en 1930. En esta versión, se sientan las bases del personaje:
Zárate es una bruja.
Zárate realiza curaciones con medicina natural.
Zárate convierte vegetales en oro y personas en animales.
Zárate y el gobernador Pérez Colma se enamoraron, pero luego él la desprecia y ella lo convierte en pavo real y al antiguo pueblo de Aquetzarí en la piedra de Aserrí.
La piedra de Aserrí
Zárate, la bruja de Aserrí, se enamora del gobernador del pueblo, Bayardo Pérez Colma, un español ilustre y bien parecido, quien la desprecia. Para vengar el desaire, la bruja transforma a todo el pueblo en la famosa piedra de Aserrí, a sus pobladores en animales, y al gobernador, en pavo real. Muchos años después, nuevos habitantes fundan un nuevo Aserrí a los pies de la piedra. Cierto día, Diógenes Olmedo, un campesino pobre que había perdido a su esposa, sube a la montaña a buscar a la bruja, pero cansado, se echa a dormir. Doce palomas blancas le avisan de un conjuro para llamar a Zárate. El campesino despierta y entona el ritual a la medianoche. Entonces, la piedra se abre y sale la bruja en compañía del pavo real, al que ata con una cadena de oro. Con temor, Olmedo le cuenta su doliente historia, su viudez, sus hijos enfermos, la falta de pan, etc. Compadecida de él, la bruja le conduce hasta una laguna donde le entrega unas toronjas, diciéndole que ese será el alimento de sus hijos. Tras esto, la bruja se carcajea y en compañía del pavo real, se lanza al agua y desaparece. Diógenes vuelve al pueblo, desilusionado, y por el camino, cansado del peso de las toronjas, abre una de sus alforjas y vacía algunas en el río. De vuelta en casa, es recibido por sus hijos, y al entregarles los frutos para que jugaran, descubre que se han convertido en oro. Al día siguiente, ven a doce mujeres que vuelven de la montaña, entre ellas, Lupita, la esposa perdida de Diógenes. Ella le cuenta que un día las mujeres se habían ido a pasear a la montaña y que la bruja, al verlas bañarse en la laguna, las había convertido en palomas. La historia concluye con la anécdota de la promesa de Zárate al español de volverlo a transformar en hombre si este acepta hacerla su esposa, pero el andaluz prefiere resignarse a ser pavo real prisionero que esposo de la hechicera en libertad.
Ña Zárate o la bruja de Aserrí
Zárate, la bruja de Aserrí, es una india que va todos los sábados a San José a vender sus remedios y hierbas. La gente la busca por su fama de bruja y curandera, pero también se cuenta lo que les ocurre a aquellos que se atreven a no pagar. Cierto gallero de buena familia le pide que le dé algo para enderezar su suerte. La bruja le entrega un talismán - una garra de tigre - que el gallero queda debiendo al alegar no tener dinero. Tras resultar ganancioso en las peleas de gallos, la bruja lo busca de nuevo buscando saldar la deuda, pero el otro, haciéndose el desentendido, se niega a pagarle. Ese mismo día, al llegar a su casa, el gallero se entera que un tolomuco le ha matado todos los gallos. Culpando a la bruja del incidente, la denuncia ante la policía, la cual detiene a la vieja, por ser el gallero un hombre principal del pueblo. La bruja queda encerrada en la cárcel todo el día - nadie se acuerda de ella - y ya por la noche, con el cambio de guardia, van a buscarla, llevándose la sorpresa de que no está en la celda. Pretenden ver unas patas de rata escapar por un agujero y asumen que Zárate se ha transformado en dicho animal para escapar. Junto a otro policía y el juez de paz, suben a la piedra de Aserrí a sacarla de su cueva, pero la bruja, transformada en lechuza, vuela a lo más alto del cerro del Tablazo - que desde ese momento pasa a conocerse como el cerro de la Vieja - a donde nadie puede entrar pues está encantado.
La piedra de San Miguel
La bruja Zárate ha establecido su guarida en la piedra de San Miguel, en el poblado de Escazú, a donde vive junto a su hijo Estanislao, una lora y un gato. Estanislao, modelo perfecto de fealdad, es sin embargo muy rico gracias a las artes de su madre. Las gentes del pueblo acostumbran visitar a Zárate llevándole algún obsequio, a cambio de los famosos quelites que esta les regala, los cuales se vuelven oro, eso sí, siempre y cuando no sean vistos antes de llegar a casa, porque de hacerlo, se transforman en hojas secas, inmundicias, sapos y serpientes. Estanislao contrae luego matrimonio con una señorita importante del pueblo. Dueño de una casa hermosa y elegante, recibe distinguidas visitas, por lo que siente vergüenza de que sus amigos se enteren que su madre es la famosa bruja Zárate. Una vez, en una visita de la bruja, Estanislao finge no conocerla, por lo que su madre le profetiza que pronto tendrá un hijo que será un monstruo. A los cuatro meses, la esposa de Estanislao tiene un hijo deforme, con pelo en todo el cuerpo, largas uñas en manos y pies, orejas de conejo y cara de cerdo. Una enfermedad nerviosa se apodera de Estanislao, hasta que finalmente muere, seguido del hijo tres días después. Su esposa, pretendida por muchos por sus riquezas, se da a una vida torcida y pronto queda en la ruina. De esa manera, castiga la bruja Zárate el orgullo de su hijo ingrato.
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